Para quiénes se preguntan si es posible vivir completamente desconectado, en medio de las montañas, basta con viajar a Salta para poder comprobarlo. En “la linda”, como se conoce a esta provincia, se encuentra Iruya, un pequeño poblado a donde se llega después de recorrer varios kilómetros. Es un paseo largo, pero muy entretenido y sorprendente porque en cada paso, se va revelando la esencia absoluta del norte, la expresión más pura de la naturaleza en sitios en donde el hombre casi no ha intervenido.
Esos 307 kilómetros que la separan de Salta, junto a las montañas que se apoderan del terreno como fortalezas, se encuentran entre los motivos por lo que en Iruya el tiempo parece haberse detenido. Es el lugar en donde cualquier artista encontraría inspiración, pues aquí las calles de tierras, las casas de adobe y las construcciones en piedra y paja no han sido reemplazadas por los signos de la modernidad.
Muchos incluso, han comparado a Iruya a una isla, ya que además de encontrarse “en soledad”, está rodeada por dos ríos: el Milmahuasi y el Colanzuli. Por supuesto, la presencia de ambos ha simplificado enormemente la vida en este rincón apartado de Salta.
Una vez en Iruya, hay varios opciones para los turistas. Como no podía ser de otro, este pueblo tiene una Iglesia, consagrada a Nuestra Señora del Rosario, cuya festividad es el primer domingo de octubre y en donde ningún poblador deja de participar.
Otro de los atractivos es San Isidro, una localidad que está dividida en seis barrios tradicionales, de los cuáles Pueblo Viejo es el más conocido.
Por otro lado, para aquellos que quieren conocer un poco acerca del modo de vida, la Finca el Potrero es una puerta de acceso para conocer al pueblo kolla. Como un dato para despertar curiosidad: aquí, todavía se practica el trueque.
Para aquellos que deciden ir en su propio vehículo, lo primero que hay que saber es su ubicación. Asimismo, está en el límite exacto entre las provincias de Salta y Jujuy, pero es preciso ingresar a Jujuy para tomar el camino correcto. Desde allí, tenés que seguir por la ruta nacional 9 y seguir unos kilómetros hasta toparse con un cruce de rutas, en donde hay un cartel que dice “Iruya a 26 kilómetros”. Pasar una estación de ferrocarril, a partir de allí, el sendero que tendrás que seguir se conoce como Abra del Cóndor, todo de tierra.
Para quienes van a visitar Tilcara, y luego quieren seguir un recorrido ingresando a uno de los paisajes naturales más bellos de Argentina, buscan distenderse y experimentar un contacto cercano con la naturaleza y la tranquilidad, Iruya es el lugar ideal.
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Etiquetas: atractivos del norte argentino, Iruya
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